LÍDERES INDÍGENAS DE LORETO Y MADRE DE DIOS INTERCAMBIAN EXPERIENCIAS PARA LA PROTECCIÓN DE SUS TERRITORIOS

Una delegación de los pueblos Maijuna, Kichwa y Murui de Loreto visitó Puerto Maldonado para conocer los impactos de la Carretera Interocénica y la minería ilegal.

Desde que el Gobierno peruano ha impulsado la construcción de la Carretera Bellavista – Mazán – Salvador – El Estrecho en Loreto, las comunidades de los pueblos indígenas Maijuna y Kichwa han manifestado su rechazo porque amenaza directamente a su forma de vida, cultura y territorios ancestrales, que también forman parte del Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa (ACRMK), establecida en el 2015 y que conserva 391,000 hectáreas de bosque de gran riqueza ecológica y cultural.

La construcción del Tramo I de la Carretera, que incluye el puente Nanay, inició en noviembre de 2017 y concluyó en octubre del 2021. Durante este proceso, la comunidad nativa Centro Arenal del pueblo Murui, se ha visto afectada con la invasión y deforestación de sus bosques, que sus líderes y autoridades han denunciado ante diferentes instituciones públicas exigiendo la protección de su vida e integridad.

 A pesar de los problemas sociales y ambientales que está generando este proyecto de infraestructura, hasta el momento las comunidades involucradas no han sido informadas bajo mecanismos adecuados de participación ciudadana que garanticen el ejercicio pleno de sus derechos colectivos.

Frente a la falta de información por parte del Estado, líderes y lideresas de los pueblos Maijuna, Kichwa y Murui han iniciado acciones que propicien el diálogo para hacer escuchar sus voces. Además, como parte de un intercambio de experiencias, viajaron a Puerto Maldonado para reunirse con actores locales y conocer la realidad tras la construcción de la Carretera Interoceánica, vía que propició el avance de la minería ilegal y otros problemas ambientales en la región Madre de Dios.

Al observar las miles de hectáreas de bosques deforestadas, aguajales muriendo en pie y ríos contaminados y sin vida en ‘La Pampa’ (zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata), los líderes y lideresas reflexionaron sobre las consecuencias que traería a sus pueblos la construcción de la Carretera Bellavista-Mazán-Salvador-El Estrecho.

Juana Augusta Ríos Gatica, mujer líder Murui de Centro Arenal, compartió la situación actual de su comunidad que ya ha empezado a tener una dinámica diferente tras la ejecución del Tramo I de la Carretera, “El segundo tramo pasa por mi comunidad, donde aproximadamente 8 kilómetros va afectar dentro del territorio comunal y es la parte donde tenemos nuestra reserva de protección de árboles y animales. Imaginen que pasa la carretera por ahí, a pesar de que aún no se ha empezado a construir ya está avanzando, pasan motocarros y nuestro camino se está degradando”.

Lives Ruiz, líder de pueblo Kichwa y presidente del Comité de Gestión del ACRMK, compartió sus impresiones de esta experiencia, “La gran preocupación que tengo ahora como líder de mi comunidad, es que me doy con la sorpresa de que voy a llevar sufrimiento y descontento, la depredación de esta carretera, me lleva a decirle al Estado, no, vivimos en tranquilidad y sin preocupaciones. Gracias a este viaje para poder conocer esta realidad. El Estado dice el que el desarrollo nos trae haciendo carreteras, pero esto no es desarrollo, trae más problemas, violencia y sufrimiento”.

Como parte de la búsqueda de estrategias que permitan a los pueblos dar respuestas en defensa de su territorio, se articularon espacios de diálogo entre diversas organizaciones como FENAMAD, COICA el Comité de Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata, CINCIA, SPDA, ACEER y OnePlanet de Loreto, fortaleciendo el intercambio de experiencias con líderes ambientales de Madre de Dios.

Entre ellos, Víctor Zambrano, presidente del Comité de Gestión de Tambopata, quien manifestó, “Nuestro apoyo, respaldo y reconocimiento a estas comunidades de Loreto, que están haciendo todo el esfuerzo mantener incólume el ACR y sus territorios”.

Finalmente, los líderes y lideresas compartieron su compromiso de seguir fortaleciendo alianzas y compartir con sus comunidades la experiencia. “Debemos llevar cada uno a nuestro pueblo lo que estamos viendo, he visto una quebrada turbia, bota agua, pero no es para tomar, dónde van a estar nuestros animales, peces y ancestros, hay que pensar lo que vemos aquí. Debemos demostrar que sabemos defender nuestro territorio”, manifestó Sebastián Ríos, líder Maijuna y fundador de su comunidad.